El sector componentes automoción España es, desde hace décadas, líder a escala mundial dentro de la industria de componentes para automoción. Las claves de este liderazgo, los altos estándares de calidad, su inversión en tecnología e innovación y su dilatada experiencia.
Todo ello, con una oferta a precios competitivos, lo que ha convertido a muchas de estas empresas españolas en proveedores estratégicos de la industria de la automoción en todo el mundo.
Por ello, hoy, desde el blog de Autoparts from Spain, plataforma integrada por una treintena de fabricantes de componentes de automoción españoles y liderada por Sernauto en colaboración con ICEX, para el impulso de los procesos de internacionalización de estas compañías, hacemos un repaso a los orígenes del sector componentes automoción España.
Los orígenes del sector componentes automoción España se remonta a comienzos del siglo XX, de la mano de compañías como Hispano Suiza.
En los años 50, el nacimiento de SEAT supuso un importante hito que marcó el comienzo de una sólida industria de fabricantes de equipos y componentes. El surgir de SEAT dio pie a que España comenzara a posicionarse como localización idónea para que fabricantes extranjeros de primer nivel instalasen en el país sus plantas de producción de vehículos y componentes.
La liberalización llevada a cabo en España a mediados de los años 70 provocó una importante transformación de esta industria, con la implantación de nuevos fabricantes extranjeros de vehículos, hecho que potenció el crecimiento de las empresas españolas de componentes.
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986 posibilitó e impulsó la salida hacia el mercado europeo de muchas de las empresas españolas, que comenzaron a exportar sus equipos y componentes para automoción a las principales marcas instaladas en países como Alemania, Francia e Italia. Desde ese momento, las exportaciones fueron creciendo a un ritmo imparable.
En los 90 se inició un proceso de concentración del sector componentes automoción España, empezando a conformarse entonces el sector de componentes automoción España tal y como lo conocemos ahora, con una industria sólida formada por empresas españolas, en buena parte, familiares, que empezaron a adquirir un tamaño significativo gracias sobre todo a la reactivación del mercado interno y a las exportaciones. Además, siguiendo a los fabricantes de vehículos, se fueron instalando en nuestro país empresas extranjeras de componentes, principalmente americanas, alemanas y francesas.
También en los años 90, la crisis económica internacional afectó duramente al sector español que vio cómo su facturación se estancaba durante unos años para volver a reactivarse en 1994. A mediados de los 90, las empresas españolas de componentes empezaron a expandirse a escala internacional y a apostar por un mercado global. Desde el 2001 se intensificó la compra de empresas y centros de I+D+i en otros países, principalmente, en los mercados tradicionales como eran Europa y Estados Unidos.
En el año 2007 el sector de componentes alcanzó su máximo histórico de facturación, que ascendió a 33.000 millones de euros. No obstante, a partir de la crisis económica de 2008 se produjo una fuerte reducción de la producción, motivada por la abrupta contracción de la demanda interna y externa, las dificultades en el acceso al crédito y el crecimiento del desempleo. Es este contexto cuando el sector aumenta su presencia en países emergentes como Brasil, Rusia, India y China.
La recuperación del sector componentes automoción España a partir de 2010 vino dada por la recuperación del mercado europeo, incrementándose la facturación de las empresas proveedoras de componentes hasta casi los 30.000 millones de euros en 2011. Pero de nuevo, la contracción del mercado europeo en 2012 provocó un descenso de la facturación del sector de componentes, aunque no a los niveles de 2009.
En 2013 se produjo un aumento de la facturación, debido principalmente al incremento de la producción de vehículos en el mercado interno. El crecimiento de la demanda interna y la producción de nuevos vehículos de mayor valor añadido permitieron que la facturación de componentes siguiera aumentando.
Los datos de 2015 confirmaron la recuperación de sector y esa tendencia creciente continuó en 2016. En ese año, la facturación del sector sobrepasó los 34.000 millones de euros, lo que significó superar el máximo histórico de 33.000 millones de euros de facturación de 2007.
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La industria de automoción española es reconocida a nivel internacional por su excelencia y capacidad de innovación.